El Otro Mal: la Susceptibilidad a las Influencias Negativas.

Para protegerte de las influencias negativas debes reconocer que tienes fuerza de voluntad y tienes que usarla constantemente, hasta que construya un muro de inmunidad contras las influencias negativas de la mente.

Reconoce el hecho de que tú, como cualquier otro ser humano, eres perezoso, indiferente y susceptible a todas las sugestiones que armonicen con tus debilidades.

Reconoce que eres susceptible a los miedos y que tienes que crear unos hábitos para contrarrestarlos.